OSTEOMIELITIS CRÓNICA

OSTEOMIELITIS CRÓNICA

Introducción

La osteomielitis crónica solía ser la secuela temida de la osteomielitis hematógena aguda; hoy en día, sigue siendo con mayor frecuencia la fractura abierta o un evento postquirúrgico. Los organismos habituales (con el tiempo una infección mixta) son Staphylococcus aureus, Escherichia coli, Streptococcus pyogenes, Proteus mirabilis y Pseudomonas aeruginosa; en presencia de implantes extraños, el Staphylococcus epidermidis es el más común de todos.

Patogenia

Cuando la osteomielitis hematógena aguda no es tratada se convertirá en una infección ósea crónica que persistirá indefinidamente, como «brotes» alternados. Las defensas estarán comprometidas por la presencia de formación de cicatrices, hueso muerto y moribundo alrededor del foco de infección. Las bacterias están cubiertas de un limo de proteína-polisacárido (glucocalix) que las protege tanto de las defensas como de los antibióticos y tienen la capacidad de adherirse a superficies inertes como el hueso y los implantes metálicos, donde se multiplican y colonizan el área.

El hueso se destruye o desvitaliza, ya sea en un área discreta alrededor del foco de infección o más difusamente a lo largo de la superficie de un implante. Las cavidades contienen pus y hueso muerto (secuestro) y están rodeadas de tejido vascular y esclerosis, el resultado es la formación crónica de hueso nuevo reactivo, que puede tomar la forma de una vaina ósea distinta (involucro).

Factores de Riesgo

Ciertos pacientes tienen un riesgo mayor que otros: geriátricos, toxicómanos, diabetes mellitus, enfermedades vasculares periféricas, infecciones cutáneas previas, desnutrición, lupus eritematoso sistémico o cualquier tipo de inmunodeficiencia.

El factor predisponente más común es el trauma local, como una fractura abierta o una operación ósea prolongada, especialmente si esto implica el uso de un implante extraño (Infección de la Articulación Periprotésica; IAP)

Clínica

El paciente se presenta porque el dolor, la pirexia, el enrojecimiento y la sensibilidad han reaparecido (un «brote»). En casos de larga evolución, los tejidos se engrosan y a menudo se arrugan o se pliegan hacia adentro donde una cicatriz o seno se adhiere al hueso subyacente. Puede haber una descarga seropurulenta y excoriación de la piel circundante. En la osteomielitis postraumática, el hueso puede estar deformado o no unido.

Imagen

Rayos X: Pérdida de densidad irregular o como una excavación franca alrededor de un implante, con engrosamiento y esclerosis del hueso circundante. Citrato de 67 Ga o leucocitos marcados con 111In es más sensible para la osteomielitis; y son útiles para mostrar focos ocultos de infección, aunque su baja especificidad y costo lo han llevado a un uso limitado. La tomografía computarizada y la resonancia magnética son invaluables en la planificación del tratamiento quirúrgico porque muestran el grado de destrucción ósea, edema reactivo, abscesos ocultos y secuestro.

Diagnóstico

Cultivo del sitio en planos profundos y laboratoriales de sangre (Glóbulos Blancos, Proteína C Reactiva) que no son diagnósticas como tal pero orientan a la evolución de la infección. Y en la actualidad existen otros estudios como el PCR para amplificar fragmentos RNA de microorganismos, pero su costo-tiempo y especificidad son reservadas.

Tratamiento

Antibióticos: Rara vez se erradica con antibióticos solos, sin embrago ayudana  suprimir la infección y prevenir su propagación. Algunos de los esquemas usados incluyen el ácido fusídico, clindamicina, cefalosporinas, vancomicina y teicoplanina, administrados durante 4 a 6 semanas comenzando desde el último tratamiento o desbridamiento. Si el abordaje quirúrgico falla, es necesario adminsitrar los antibióticos otras 4 semanas antes de volver a reintervenir.

Quirúrgico: si es hematógena crónica algunos de los criterios para intervención son los síntomas intrusivos, fracaso antibiótico o evidencia de muerte ósea. Para infecciones postraumáticas lo es una herida o fractura infectada o mala unión, así como en la infección periprotésica la recolocación del mismo. El plan consiste en el desbridamiento de tejido muerto y de cualquier implante infectado, posteriormente la herida se inspecciona después de 3-4 días para valorar reintervención.

Manejo del espacio muerto:

  1. Colocación de perlas porosas impregnadas con antibióticos y dejarlas 2-4 semanas para luego reemplazar con injerto óseo esponjoso.
  2. Técnica de Papineau: la cavidad es llenada con virutas esponjosas autógenas mezcladas con antibiótico y sellador de fibrina y cuando sea posible una cobertura con músculo adyacente
  3. Transferencia de colgajo muscular con su suministro de sangre intacto y despúes con injerto de piel.
  4. Técnica de Lautenbach: escisión radical de todo el tejido avascular e infectado seguido de irrigación cerrada y drenaje por succión más la adición de una solución antibiótica para permitir que el espacio muerto sea rellenado con tejido de granulación vascular.

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BIBLIOGRAFÍA

  1. Phadke, D. V. S. (2018). Chronic Osteomyelitis in Adults: A Prospective Study. Journal of Medical Science And Clinical Research, 6(1). https://doi.org/10.18535/jmscr/v6i1.120
  2. Blom, A., Warwick, D., Whitehouse, M., & Solomon, L. (2018). Chapter 2: Infection. Apley & Solomon’s system of orthopaedics and trauma. Boca Raton, Fl: Crc Press.

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