El menisco es una membrana (fibrocartílago), con aspecto de media luna menguante, que se encuentra entre los huesos y la articulación de la rodilla, específicamente unidos a la tibia, haciendo enlace con el fémur. Cada rodilla cuenta con dos meniscos, el menisco medial y el menisco lateral.

El menisco cumple el rol de amortiguar los huesos y las articulaciones, logrando así su adaptación. El menisco reparte las fuerzas del movimiento de las rodillas.

Las lesiones asociadas a los meniscos, en este caso el Menisco Rasgado, tienden a ser las más comunes.

Los deportistas son más propenso a sufrir un desgarre de los meniscos de las rodillas, precisamente por la cantidad de movimiento al que se exponen. Sin embargo no son lesiones solo vistas en ellos, puesto que a medida que pasan los años, se van adelgazando los cartílagos y por ende más débiles.

En el caso de escuchar un “pop” en tareas cotidianas y simples como levantarse o caminar, y acto seguido observa que se le hincha la rodilla, lo más probable es que tengo un Menisco Rasgado.

Causas del Menisco Rasgado

  • Traumatismo directo o indirecto.
  • Desgaste producto de la involución corporal.
  • Malas posturas que desencadenen un mal funcionamiento de la rodilla.

Síntomas del Menisco Rasgado

  • Crujido al momento de la lesión.
  • Dolor fuerte acompañado de inflamación de la rodilla.
  • Rigidez o de la rodilla al intentar realizar ciertos movimientos y caminar.
  • Debilidad al intentar ponerse de pie, tanto así que tenga la sensación de que pudiera caerse.

Diagnóstico de Menisco Rasgado

  • La resonancia magnética es lo más practicado para hacer un buen diagnóstico, puesto que genera una imagen exacta y precisa de los tejidos de la rodilla. En cambio la radiografía no funciona en este caso, pero si se realiza, ayudará a descartar otro tipo de causas del dolor.
  • La artroscopia examina dentro de la rodilla a través de este instrumento que es insertado mediante una cortadura próxima a la rodilla.

Tratamiento de Menisco Rasgado

  • Es necesario darle descanso a la rodilla afectada. Para ello se debe prevenir actividades en las que se pueda agrandar el problema. Caminar es una de las actividades que no debería realizarse, y si es el caso, pues debe hacerse uso de muletas; esto puede ayudar a que cicatrice la lesión.
  • Las compresas de hielo ayudan a disminuir tanto el dolor como la inflamación. Se recomienda colocar el hielo unas 5 veces al día durante 16 minutos, teniendo la rodilla prominente.
  • Hacer uso de analgésicos que coadyuven al dolor intenso.
  • La fisioterapia es necesaria para hacer fuerte los músculos que están alrededor de la rodilla, manteniéndola así sostenida, y lo que le da firmeza.
  • La cirugía se requiere cuando el caso es aún más grave.
Menisco Rasgado - Dr. Esteban Castro - Médico Traumatólogo Ortopédista | Cirugía de columna y articular