Pies Torcidos
Pies Torcidos: Un cavo del pie consiste en la elevación anómala de la bóveda en la planta, es una alteración en la estructura que produce un arco en la planta más elevado de lo común.
Los dedos suelen agarrotarse o flexionarse hacia la parte de adentro, esto disminuye el tamaño del pie.
La incidencia del pie cavo es basta en la población a nivel general, aunque de manera más leve. Estos casos ligeros no causan la necesidad de recibir un tratamiento exacto, mientras no ocasionen molestias ni hagan difícil la marcha.
En un gran porcentaje de los casos, el origen esta relacionado directamente con una enfermedad neurológica.
También hay una alta probabilidad de que la alteración se genere por medio de una afectación neuromuscular, por lo que es muy importante que el paciente con esta afección se dirija a un especialista para que el determine el origen de su problema.
También existen ocasiones en las que la causa es idiopática, por el aumento de la bóveda plantar que se presente sin causas, los especialistas afirman en su mayoría que este problema tiene una alta frecuencia en la familia, pero no se ha podido identificar una causa hereditaria palpable.
Esta afección se comienza a manifestar en forma de dolencia en la zona del arco y el talón, también en la zona del ante pie y por la parte de debajo de los dedos. Se puede asociar a una tensión y un acortamiento de los músculos de la planta del pie y posterior de la pierna (Pies Torcidos).
Cuando los pies están muy torcidos tienden a presentar un dolor, porque se ejerce más tensión en la sección del pie que esta entre el tobillo y los dedos.
Lo que significa acortamiento de la longitud del pie, molestias para conseguir zapatos correctos, estar mucho tiempo de pie e incluso correr.
Esta afección provoca tensión en los músculos de manera excesiva, además de rigidez en las articulaciones de los pies, cuando esto sucede a edades tempranas, presenta poca molestias y no altera la marcha de forma importante, salvo a los que presentan causas neurológicas.
Metatarsalgia: Dolor en las almohadillas de la planta de los dedos al apoyar.
Talalgia: Dolor en el talón al apoyar.
Hiperqueratosis plantares: Durezas dolorosas en las zonas de mayor apoyo.
Dedos en garra (flexionados hacia dentro).
Aparición de tendinitis.
Dificultad para calzarse.
Lumbalgias frecuentes.
Dificultad o cansancio extremo para permanecer de pie sin moverse.
Cuando esta deformación es más acusada, pueden agudizar algunos síntomas con la edad.
No existe una prevención correcta contra el pie cavo, los ejercicios de estiramiento pueden ayudar a prevenirlos de igual forma.
Esta afección presenta pocas molestias y no es común que alteren de manera muy evidente la marcha, salvo los que presentan causas neurológicas, el principal objetivo de un tratamiento es aliviar los síntomas que se presenten, las plantillas ortopédicas son muy recomendadas.
Es recomendado de igual manera usar zapatos cómodos, flexibles y además anchos. Para que esto permita la correcta movilidad de los dedos, la aplicación de la fisioterapia es importante.
El caminar descalzo sobre el suelo duro es importante.